Resumen
En las primeras décadas del siglo XX se registró en Europa un sorprendente florecimiento del ballet. La propuesta estética de Diaghilev y las reiteradas visitas a España de la compañía de los Ballets Russes, en tiempos de la primera guerra mundial y en posteriores desplazamientos, despertaron especial interés en músicos, artistas y escritores. El ejemplo de Stravinski y la ruta trazada por Manuel de Falla determinaron, entre otros factores, un notorio cambio de orientación en las producciones escénicas españolas. En este contexto surge el ballet Don Lindo de Almería, de José Bergamín y Rodolfo Halffter, autores, respectivamente, del libreto y la música. Este artículo explora las circunstancias que rodearon la génesis y recepción de dicho trabajo en su versión sinfónica y en su modalidad de ballet, y examina algunos recursos de composición empleados por Halffter en esta obra que, por otro lado, supuso la presentación oficial en México de dos notables exiliados llegados a nuestro país tras la derrota de la segunda República española.Descargas
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